dissabte, 16 d’abril del 2011

Un trabajo esperado e inconcluso
(cuarenta y cinco años en el tintero)

Cuando terminó el campamento de la Operación "Fuente Alhama", mis compañeros del G.E.C. y del Gulmont que se quedaron en Córdoba, me fueron mandando el material que se iba generando, a partir de las minutas topográficas y de las anotaciones de campo. Fui recopilando una buena partida de información, para redactarla, dibujarla y ponerla a punto para una publicación que se pretendía realizar en la revista "Geo y Bio KARST", de Barcelona. 

Circunstancias imponderables hicieron que la empresa no siguiese adelante. El trabajo se paró y no volvió a reanudarse ... hasta ahora, momento en que lo reclama la historia que las actuales generaciones espeleológicas tratan de recoger, para que no perezca la memoria de todos aquellos que les abrieron el paso. Gracias, por nosotros y por los que faltan. Por mi parte quiero contribuir a salvar la de una campaña que creo que fue importante.

Esto debía ser el mapa general de situación de las diferentes unidades orográficas, con indicación del emplazamiento de las cuevas y simas más significativas, exploradas en la Operación "Fuente Alhama".

Es mi intención reflejar el estado del trabajo, tal y como fue paulatinamente interrumpido. Aunque el texto se encontraba parcialmente mecanografiado y en diversas hojas de borrador, la redacción original se ha mantenido, salvo pequeñas modificaciones equivalentes. Por ello, los planteamientos corresponden a un estado de las ideas sobre los elementos que se describen, del año 1966 o poco tiempo después, y no tienen por qué ser necesariamente asumidos por el autor en la actualidad. Escribo el texto original en el color gris general, y en azul, las notas aclaratorias que voy añadiendo.

Programa del "1º Campamento de Espeleología"

Programa de la Operación "Fuente Alhama"
La fotografía de la portada corresponde a la cueva de los Postes, en Cubillo del Butrón (Burgos), a la sala descubierta y explorada por el Gulmont en 1964.

I. - INTRODUCCIÓN.


La pequeña aldea de Fuente Alhama, en el municipio de Priego de la provincia de Córdoba, fue escenario, durante la pasada semana santa de 1966, del "primer campamento espeleológico provincial" que, con el nombre de "Operación Fuente Alhama", reunió a un número total de veintisiete espeleólogos.

La operación fue patrocinada económicamente por la Excma. Diputación Provincial de Córdoba y la Universidad Laboral de dicha ciudad, entidades a las que pertenecen los grupos organizadores: "Grupo Espeleológico Córdoba" y "Grupo Universitario Laboral de Montaña", asistiéndo como invitados dos miembros del "Grupo Edelweiss" del Servicio de Espeleología de la Excma. Diputación Provincial de Burgos.

Tras la celebración en Burgos del "I Campamento Espeleológico Intersocial" en el verano de 1965, en el que, con organización del Edelweiss, se reunieron estos tres grupos, la "Operación Fuente Alhama" ha abierto definitivamente un extenso campo de colaboración interprovincial en el desarrollo de actividades espeleológicas conjuntas.

Gracias a la magistral organización de que ha hecho gala el G.E.C. al dotar al campamento de los servicios necesarios y la ayuda prestada por el ejército y el parque móvil de la diputación cordobesa, se ha dispuesto de equipos especiales de intendencia, transmisiones por radio entre los tres equipos de ataque y entre el campamento y la ciudad; desplazamientos mediante un "Jeep" de seis plazas, etc., de todo lo cual ha resultado una evidente economía de tiempo, pudiéndo ser aprovechados al máximo los siete días de duración de las exploraciones.

Se cubrió una extensa zona en la que se tenían localizadas varias cavidades y se descubrieron otras en zonas aún no prospeccionadas.

En total, fueron exploradas nueve cavidades entre las que destacan por sus magnitudes, la cueva de las Palomas, de unos 1.500 m de desarrollo horizontal, la sima de Sierra Gata III, de 140 m de profundidad y la sima del G.E.C., de 163 mp.


De la cueva de las Palomas no trataremos en especial en este trabajo, ya que no disponemos aún de los suficientes datos, por encontrarse su estudio pendiente de nuevas exploraciones. [Se puede ver una sección fotográfica en la entrada V. A - Cueva del Yeso, en Baena]. Tiene, además de su recorrido considerable, la particularidad de estar totalmente excavada en terreno yesífero, lo cual la convierte en un raro fenómeno de gran importancia. Son de destacar las enormes cristalizaciones de este mineral que, con la acción erosiva del agua han quedado al descubierto en las paredes y techo de toda la cueva, formando un conjunto ornamental de prodigiosa belleza. Por su constitución, esta cueva es comparable a la famosa Grotte Cigalêre de los Pirineos franceses.



Al acometer el estudio de esta zona de la provincia cordobesa, que ahora podemos alardear de conocer en profundidad, tenemos que echar una mirada retrospectiva hasta el año 1963, trasladándonos a la vecina ciudad de Cabra y asomarnos al impresionante borde de la célebre Sima egabrense, puesta por D. Miguel de Cervantes al paso de su inmortal personaje, Don Quijote, y citada también en varias de sus restantes obras, siendo centro asímismo de la atención de otros poetas y pensadores.

Por D. Gabriel Puig i Larraz (1896) nos llega la noticia del primer descenso a una sima, conocido en España: la sima de Cabra, de 120 m de profundidad, a la que desciende en 1683  Fernando Muñoz Romero, oficial de cantería.

A los 280 años de esta proeza sin precedentes, la operación se repite. Los prejuicios acerca de los antros subterráneos están ya subsanados por el progreso, pero la técnica del descenso tiene, en nuestro caso, bastantes puntos en común con aquél rudimentario sistema de la maroma sujetada por cinco paisanos. Esta vez es un modesto grupo de Córdoba, que justamente empieza su balbuceante camino con más ánimo y juventud que medios y experiencia. El Grupo Universitario Laboral de Montaña (GULMont) queda, a partir de esta exploración, formal y reconocidamente constituido como grupo espeleológico.

En realidad, fueron pocos los datos que se sacaron de la sima en aquel, para nosotros, decisivo descenso, pero creo que serán los suficientes para agregar a este trabajo que sólo pretende constituir una base para el arranque de otros estudios más serios que forzosamente habrán de realizarse en esta zona de tan grandes posibilidades.
Burgos, mayo-junio de 1966.

El Gulmont volvió a descender al fondo de la sima de Cabra, en la primavera de 1968.

I. A - Algunos de los participantes que anoté

La aldea de Fuente Alhama. A la izquierda, las peñas del pie de la Sierra del Mollejón.

Lamento no tener la relación de todos. No hice de secretario.

De izq. a der.: Fernando Martínez Gómez, Mariano Aguilar, Ricardo Veroz Herradón, Pepe Pérez (chófer).
Carlos A. Alduán y Ricardo Veroz

Por el G.E.C.:
  1. Juan de Dios Aguayo Álvarez
  2. Vicente Salinas de la Puente
  3. Fernando Magariño Soto
  4. Guillermo Rosas
  5. Mariano Aguilar

Chófer del "Jeep": Pepe Pérez
Vicente Salinas

Soldados de Transmisiones:
  1. Manuel Sarabia, (a) Coronel Cascales.
  2. M. ...
  3. M. ...
-Aquí el coronel Cascales; no entiendo 'ná', ni llega tu voz. ¡Más alto, más claro y más pronto!

Radio aficionado EA7HB, Alejandro Fernández Fernández, en Córdoba.


Por el GULMONT:
  1. P. Jesús García Álvarez
  2. P. Gerardo Suárez González
  3. Fernando Martínez Gómez
  4. Ricardo Veroz Herradón
  5. Rafael Fernandez Martínez
  6. Paco Ramos Mulero 
  7. Carlos A. Alduán 
  8. Carlos Acaz Biesa
  9. Rubio Barriuso
P. Gerardo Suárez
En la carretera de Fuente Alhama, esperando el 'Jeep'.
A la derecha, Pere Plana y Ricardo Veroz.

Jesús García Álvarez, (a) Chus.
Rafael Fernández Martínez.


Participación del G. E. Edelweiss, de Burgos:

José Marrón y yo fuimos los invitados de fuera, representando al Grupo Espeleológico Edelweiss, de la Diputación de Burgos. Todos los demás eran de Córdoba, pertenecientes al G.E.C. de la Diputación andaluza y al Gulmont, grupo al que también yo pertenecía.

José Marrón fue conocido, desde el principio del campamento, como "Er Seniso", pues por causas que no recuerdo, pero de poca transcendencia, como algún corte de la leche del desayuno o quizá por apagársele algún fuego incipiente en una racha de viento imprevisible, se ganó ese sambenito que, de seguro, no transcendió en ninguna forma a posteriores acontecimientos que pudieron devenir bajo tierra.

José Marron ha comentado esta entrada, por correo-e.





En Burgos se disponía, igual que en Córdoba, de una estación de radio aficionado, EA1IM, operada por José Joaquín Martínez Adúriz, a través de la cual se ultimaron algunos detalles de la aportación del Grupo Edelweiss y se transmitieron algunas noticias durante las exploraciones, a los miembros que se quedaron en la ciudad castellana.


El campamento se instaló en una orilla del arroyo de Fuente Alhama. Para cruzarlo se construyó un puente de troncos.
El Jeta no estaba inscrito, pero se hacía querer; aparecía todas las tardes a la hora de la merienda.


II. - SITUACIÓN y OROGRAFÍA.

Comenzaremos nuestra composición de lugar, dando un esquema general de la orografía del sector que nos interesa, dentro de la extensa Cordillera Bética.

Esta se divide en dos grandes macizos, el Penibético y el Sub-Bético, respectivamente al sur y al norte, y separados por la depresión longitudinal formada por las altiplanicies de Fuente de Piedra y Bobadilla, el curso medio y superior del Genil, hoyas de Guadix y Baza, la depresión del curso alto y medio del Almanzora y las de Huércal-Overa, la cuenca del Sangonera y el curso inferior del Segura.

La cordillera costera o bloque Penibético está constituido por el anticlinal de Sierra Nevada, que ostenta la máxima elevación de la Península, (Mulhacén 3.478 m).

El bloque Sub-Bético puede considerarse dividido longitudinalmente en cuatro macizos de Oeste a Este:

I
Montañas gaditanas, de escasas elevaciones.
Sierra Carbonera
Sierra de las Cabras
Sierra de la Gallina
Sierra Gazules
Sierra de la Luna
Pico del Aljibe (1.092 m)
II
De constitución esencialmente caliza, con abundantes dislocaciones y fallas; topografía ruda y pintoresca, pródiga en curiosos tajos, torcales y peñones erguidos. Sus principales unidades son:
Sierra de Montefrío
Srra. Harana (1.900 m)
Srra. Elvira
Srras. de Cabra (Lobatejo 1.380 m.) y Priego
Srra. de Lucena
Srra. Javalcúz (1.420 m)
Srra. Mágina (2.168 m.)

III
Srra. de Cazorla (1.831 m.)
Srra. de Alcaraz
Srra. Segura (2.096 m.)
Calar del Mundo
La Sagra (2.383 m.)
Srra. Taibilla
Srra. María
Srra. de las Estancias
Srra. Espuña
IV
Al Norte del río Segura, por las provincias de Alicante y sur de Valencia.

La zona que nos concierne se halla dentro del segundo macizo enunciado, y enclavada en las sierras de Cabra y Priego, extendiéndose entre las poblaciones de Luque, Priego y Cabra. Los sectores prospeccionados y estudiados de esta zona son los siguientes, con la situación que se indica y los fenómenos espeleológicos hallados:

Cerro ABUCHITE (4,5 km al sur de Luque) HOYA CORNICABRAL
RAJA DEL TESORO
SIMA DE LOS MIRADORES
Sierra de La LASTRA (5 km al SE de Luque) CUEVA LUCIA
HOYA DE LA OSA
Sierra del MOLLEJÓN (Junto a la aldea de Fuente Alhama, en dirección W-SW) SIMA DEL GEC
Sierra GATA (Junto al pueblo de El Tarajal y unos 3 km al SE de Esparragal) CUEVA DE LOS CUARTOS
SIMA SIERRA GATA I
SIMA SIERRA GATA III

Fuera ya de las influencias morfológicas del macizo, en la cercana población de Baena, y desligada totalmente de las características generales de todos los fenómenos relacionados hasta ahora, se halla la Cueva de las PALOMAS o del YESO, cuya exploración, comenzada por los miembros del GEC, fue acabada en esta operación "Fuente Alhama".

Otra cavidad que se halla incluída en el presente trabajo, aunque su exploración fue anterior a la celebración de este campamento, es la Sima de Cabra, situada a unos 5 km al NE de la población que le da nombre.


III.A - Cartografía geológica.

Al acometer el estudio de la parte sur de la provincia de Córdoba, donde se encuentra la zona que ocupa nuestra atención, nos encontramos con el inconveniente de la falta casi absoluta de publicaciones de tipo geológico que puedan servirnos de base. La bibliografía existente se reduce a algunas notas o artículos, que no tratan en particular de estas sierras que tocamos. En cuanto a cartografía geológica, lo más detallado que hemos podido encontrar es el mapa Nacional a escala 1:400.000, en el cual nos basaremos, puesto que las hojas correspondientes del 1:50.000, no han sido todavía publicadas. [ A finales de 1967 salió la hoja número 989 (Lucena), del mapa del I.G.M. de E. a 1/50.000, publicada con fecha de 1963, pero la Memoria Explicativa, aún no había aparecido algunos años después.]

Calco de una parte del Mapa Geológico de la Península Ibérica, a escala 1/400.000 (mitad Sur), de una edición correspondiente a los años 30-40.

Mapa geológico. Hoja 989, Lucena. I.G.M.E., 1963. Esquina NE.

Detalle del anterior. Zona de El Tarajal.



ESTRATIGRAFIA.

De la observación de la estratigrafía que nos muestra la carta geológica a la que recurrimos (1/400.000), se desprende el hecho de que en el núcleo principal de la serranía, las diferentes series se encuentran dispuestas en bandas sensiblemente paralelas y orientadas de SW a NE, en la misma dirección que siguen las distintas elevaciones rocosas, como consecuencia de la mayor actividad orogénica, desarrollada sobre esta directriz. En esta ancha franja, los fenómenos tectónicos son de una gran importancia; la masa de calizas se encuentra dislocada, formándose grandes paquetes separados que constituyen los diversos sistemas de sierras y cerros, y debido a esta profunda acción fracturadora, los valles erosivos llegan a poner al descubierto las series subyacentes, de mayor antigüedad.

Alejándonos lateralmente de esta alineación tectónica, en los sentidos de Cabra (al NW) y de Montefrío (al SE), pasamos paulatinamente a sectores en los que la diaclasación va decreciendo, aunque no deja de ser importante y el terreno adquiere una morfología menos atormentada. No por esto disminuyen las altitudes de los cerros.

Las series estratigráficas visibles son las siguientes, comenzando por las más antiguas:

TRIÁSICO.- Aflora en la parte profunda de nuestra banda tectónica, en una franja longitudinal de unos tres km de anchura, ocupada por las cuencas de 1os ríos Anzur (de vergencia SW) y Salado (NE), las cuales dividen en dos núcleos a nuestro sistema montañoso. En la cuenca del Salado se localizan las poblaciones de Esparragal, Zagrilla y Tarajal, y desde este pueblo, el afloramiento triásico se prolonga hacia el sur por la Sierra GATA, hasta l1egar a Priego. Aparte de esta franja principal, el Triásico sólo se deja ver en otra menor, paralela a la primera, al Este, y en un pequeño triángulo, al Oeste, sobre el que se emplaza la ciudad de Cabra.

JURÁSICO INFERI0R.- Ocupa la mayor parte del núcleo NW de las sierras, y forma varias hileras paralelas en el núcleo SE. Constituye las mayores elevaciones que existen en el macizo, salvo las de Montefrio y una parte de la Horconera que se levantan en materiales infracretácicos. Esta serie está formada en su mayor parte de caliza masiva, con estratos de gran potencia, en los que no logramos hallar ninguna clase de fósiles. No obstante, en el Jurásico de la Sierra de Cabra, donde la caliza se encuentra ya con planos de estratificación bien definidos, se ven fácilmente buenos ejemplares de amonites. Los sistemas que se elevan en esta serie, con sus puntos culminantes, son los siguientes: la Sierra de Cabra, y las de La Lastra, Cerro Abuchite, Sierra del Mollejón y Cerro de Jarcas, en el núcleo NW, con el Lobatejo (1.380 rn) como punto culminante. Las hileras del SE dan lugar a las sierras de Rute, de la Horconera, y otras elevaciones menores, cercanas a la localidad de Priego, siendo las cotas más altas de este núcleo, los 1.476 m en la Horconera, y 1.326 en Rute.

INFRACRETÁCEO INFERIOR.- En las cercanías de Baena afloran dos extensiones infracretáceas entre los depósitos del Eoceno. En los demás casos son los materiales infracretáceos los que forman depósitos entre las elevaciones circundantes más viejas; así, a ambos lados del Cerro de Jarcas, hallamos dos de estos depósitos, extendidos paralelamente a la línea tectónica, y en la misma depresión de ésta, puede verse otro en contacto con la serie triásica. A partir de aquí, el Infracretáceo rodea totalmente las prominencias jurásicas de las sierras de Rute y la Horconera, contribuyendo a formar con sus materiales una buena parte de esta última y se extiende seguidamente formando una extensión uniforme que se adentra en la provincia de Granada hasta más allá de Montefrío, dentro de la cual se elevan las sierras de Chanzas y la ya nombrada de Montefrío, con su cota máxima de 1.094 m.

EOCENO INFERIOR.- Forma grandes extensiones que rodean las sierras que nos ocupan, constituyendo los materiales de las tierras bajas, de deposición más moderna.


III.B - Tectónica general y mecanismo generador


La actividad tectónica de la región ha sido sumamente importante y a ella debemos imputar absolutamente el origen de la mayoría de las cavidades que conocemos en este territorio. Los fenómenos de rotura y movimiento (con desplazamiento o elevación) de las masas calizas y dolomíticas, han jugado la carta principal en la creación de las agrestes sierras. Toda la morfología, tanto externa como subterránea, se adapta solamente a esta pauta. La erosión meteórica solo se deja ver solapadamente en reducidas extensiones de roca. En superficie se puede encontrar la piedra corrída e incluso estriada verticalmente por la acción del agua de lluvia, pero estas formas erosivas son más difíciles de encontrar en el interior. Esto parece obedecer en parte a la esencial constitución dolomítica de la roca, con su mayor resistencia a la corrosión, pero sobre todo a su propia compacidad y a la escasez de micro-fisuras.

Esto mismo hace que los campos de lapiaz que hemos encontrado en la Sierra de La Lastra, sean simplemente extensiones de "corrosión de borde" producidas por la acción agresiva de pequeñas capas terrosas y vegetales, que van formando ahondamientos en las superficies planas de la roca, pero que, por lo general, no tienen repercusión en la creación de puntos de absorción de agua hacia el interior.

En contraposición a la escasa micro-fisuración y como consecuencia de la gran compacidad de la caliza masiva, nos hallamos con el dominio casi absoluto de las macro-diaclasas, que han fracturado la roca en unas directrices generales, constituyendo grandes bloques de estructura cúbica.

Sobre estas fracturas, a las que atribuimos un comportamiento dinámico y evolutivo en cuanto a dimensiones, se encuadran gran número de cavidades generadas sin más intervención que la del mecanismo clástico y exentas casi en absoluto de formas atribuibles a la acción del agua.

Está claro que el agua de lluvia, aunque no encuentre camino hacia el subsuelo por filtración a través de la roca, ha de sumirse naturalmente por estas grandes grietas que facilitarán el drenaje. No obstante, en ninguno de los tres grandes fenómenos explorados en Sierra Gata y Sierra del Mollejón se ha descubierto el menor rastro de que estos hayan servido de conductos de pérdida, ni existan en las paredes huella de corrosión ni descalcificación alguna. Esto cabe atribuirlo solo a la falta de una amplia cuenca receptora de aguas de escorrentía, debido a que estas simas no han tenido nunca el oficio de sumideros y el volumen de las cavidades es desproporcionadamente grande en relación al de agua que penetra en ellas. Por razón de este mismo principio genético, será difícil encontrar una cavidad tectónica en la que se haya asentado alguna circulación hídrica de importancia, siendo preciso, para que esto ocurra, que exista coyuntura con alguna cuenca superficial o hipogea.


Al tratar de la estructura general de este tipo de cavidades, se nos presenta el dilema en algunas de ellas, de aclarar si la fractura generadora es un fenómeno de falla o simplemente una diaclasa que, tras su rotura, fue evolucionando en amplitud al irse separando las dos masas, por distensión.

En la mayor parte de los casos tenemos argumentos suficientes para aceptar la segunda causa de origen, pero nos vemos imposibilitados para admitir la primera, debido al carácter masivo de la roca y a la carencia de planos de estratificación identificables, con los que poder establecer una correlación de niveles entre las dos paredes opuestas.

La gran abertura de labios que muestran generalmente todas las fracturas, así como la alineación rectilínea de los fenómenos de Sierra Gata, nos hacen pensar que una gran parte de las cavidades se emplazan sobre fallas. La idea parece positiva, pues con ello se explicaría la existencia, en el interior de las simas, del ingente número de grandes bloques sueltos, que tan insegura hacen la exploración, por tratarse de la masa de roca caliza triturada en el diferente desplazamiento vertical de los dos costados.

La sima del G.E.C. no puede, desde luego, incluirse en este caso, pues se encuentra formada por varios sistemas de fracturas de diversas direcciones e inclinaciones, en los que se ha creado una acusada discordancia tectónica en sus diferentes niveles, difícil de interpretar. Aquí, el producto detrítico que se encuentra en el interior, obedece a otra génesis que se expondrá a continuación. [Este interesante caso no fue desarrollado].


En el caso de Sierra Gata, nos encontramos con otro dato a favor del desplazamiento vertical. Este se nos muestra en superficie a menos de cien metros al SE de la gran fractura de las simas, en forma de elevación paralela a ella que puede constituir la masa elevada, enrasada o suavizada más tarde en los bordes de la falla, por desaparición del frente del escarpe creado. Esto, no obstante, no constituye una prueba suficiente para aceptarlo.
Admitiendo la producción de fracturas por distensión en el seno de la masa rocosa rígida, con separación horizontal de las dos masas, las cavidades podrían estar formadas según dos tipos de mecanismo de fundamento “mecanoclástico”.

 Si se presentan dos diaclasas paralelas, lo suficientemente cercanas, se puede haber producido la disgregación de la masa intermedia, creándose una cavidad con apariencia de amplia fractura, con las paredes sensiblemente lisas y generalmente verticales.

 Si, por el contrario, la cavidad se localiza en una sola diaclasa, bien sea vertical o inclinada, la desigual clastificación de las dos paredes, en las zonas más susceptibles, producirá una amplitud irregular, con acumulación de detritos en las partes bajas inmediatamente más cerradas.

 En ambos casos es el acuñamiento de los bloques producidos en la fractura y abertura, la causa de la formación de las plataformas y obstrucciones.


IV. A - Cerro Abuchite y Sierra de La Lastra

Hojas de "campo" de la cueva Lucía y la Hoya Cornicabral.

Lapiaz en el entorno de cueva Lucía.


IV. B - Sierra del Mollejón o Sierra Alcaide

La Sierra del Mollejón parece estar constituida por un plegamiento anticlinal, parcialmente desmantelado por meteorización, cuyo eje discurre en la misma dirección que la sierra ( S60W - N60E ). Forma un espolón sobresaliente del núcleo principal de sierras, y emerge de entre la caliza amarillenta disgregada y las tierras fluviales del valle del Zagrilla.

Resultaría un poco aventurado afirmar esta naturaleza de anticlinal, dado que los estratos quedan casi borrados de la morfología externa, de no existir en el extremo de él la surgencia de Fuente Alhama y la sima del G.E.C. en su parte superior. Pero a pesar de los indicios favorables a esta teoría, deben hacerse nuevas observaciones para asegurarlo. 

Esta imagen actual de satélite (Google Earth), nos muestra una geomorfología que puede corresponderse muy bien con el anticlinal que tratamos de apuntar. Además, la loma principal, al Nor-Oeste, tiene mucha mayor apariencia de ser un anticlinal, y se encuentra recorrida en su dorso por un corredor longitudinal que parece ser una gran fractura rellenada con material detrítico. Hay también otras fracturas transversales, de grandes magnitudes. El conjunto de las dos lomas forma una horquilla, resultado de dos anticlinales asociados.
La sima del G.E.C. o de Fuente Alhama, se emplaza en el collado, entre los dos pequeños cerros, del extremo Este de la alineación montañosa más pequeña.
 Las corrientes subterráneas se instalan, en ocasiones, no solo en las charnelas de los sinclinales, recogidas por el favorable buzamiento lateral de los estratos, sino también, aunque parezca paradójico, en el plano axial [vertical] de los anticlinales. Al producirse el plegamiento, los estratos superiores tienen mayor facilidad que los inferiores a fracturarse en diaclasas longitudinales (en el mismo sentido que el eje del plegamiento), ya que sufren una mayor tensión transversal. De este modo, queda la parte superior convexa, preparada para admitir más fácilmente el agua de las precipitaciones e instalar en el fondo, el cauce de una corriente subterránea.


Las fracturas longitudinales en la caliza masiva han favorecido el asentamiento de una corriente hídrica o, mejor, un manto freático que ocupa toda la red de fisuras bajas en el seno de la sierra y a lo largo del plano axial. A ese nivel, seguramente, existe la erosión-corrosión que no se aprecia en la parte aérea explorable de las fracturas de la sima del G.E.C.

¿De dónde procede el agua abundante del manantial de Fuente Alhama? Esta fue la pregunta que más frecuentemente escuchamos durante el campamento.

En los sistema kársticos tabulares, tan diferentes de los que aquí tratamos, donde el agua sigue

[Transcripción interrumpida. Hay otras notas de texto originales.]
 

IV.B.1 - La sima del G.E.C.


En el plano se aprecia la heterogénea orientación de las fracturas que componen la sima G.E.C. en profundidad, y puede constatarse geométricamente que las distintas capas de una roca aparentemente homogénea, se han comportado distintamente ante unos esfuerzos orogénicos o tectónicos comunes a toda ella.

Exploración de la Sima G.E.C.
El primer gran salto.
Cuerda para continuar
Superando uno de los grandes bloques acuñados, entre los -24 y -30 m de profundidad.
Bajo un bloque suspendido se ha instalado una colonia de murciélagos.
Trabajo de topografía
Reunión junto al punto 122
En una diaclasa de menor amplitud
La acumulación de material menudo es muy inestable
Sentado: Paco Ramos Mulero. Asomando bajo el bloque: Fdo. Martínez Gómez.
Reunión y comida en la cota -143. De izq. a der.: Marrón, Veroz, Fernando Mtnez., Magariño y Salinas.
Las fotografías del interior (archivo P3) fueron realizadas por Ricardo Veroz y Pere Plana.